Tal como ocurre en buena parte parte de las regiones industrializadas, se calcula que entre el 15% y el 40% de los varones que viven en países europeos han tenido o tendrán en algún momento de su vida eyaculación precoz.

Debido que se presenta en la fase del ciclo de la respuesta sexual que corresponde al orgasmo, algunos expertos consideran la eyaculación precoz como un “trastorno del orgasmo masculino”.

Desde luego, se trata de una situación que afecta considerablemente a la persona y en muchas ocasiones también a su pareja. Veamos de qué se trata exactamente y qué soluciones existen para esta disfunción sexual.

¿Qué es la eyaculación precoz?

La eyaculación precoz es la incapacidad persistente o recurrente para mantener control sobre el momento eyaculatorio. Dicho de otro modo, es cuando la eyaculación ocurre con estimulación sexual mínima y antes de que la persona lo desee -generalmente antes o inmediatamente después de la penetración.

Esta situación suele generar un malestar significativo, ya que interfiere con el desarrollo de relaciones sexuales satisfactorias, tanto para la persona como para la pareja. Según el momento en que la eyaculación precoz se presenta, puede recibir distintas definiciones y tratamientos.

Por ejemplo, se trata de eyaculación precoz “primaria” cuando se ha presentado durante toda la vida, y se llama “secundaria” cuando no solía ocurrir sino que se ha adquirido en un momento determinado.

También puede ser “general” o “situacional” según los momentos en los que se ocurre (con todas las personas y circunstancias, o bien con algunas en concreto).

Síntomas característicos

Uno de los principales síntomas de la eyaculación precoz es que se presenta de manera recurrente o persistente. Es decir, no se se considera una disfunción sexual cuando ha ocurrido de manera aislada u ocasional.

Otro de los síntomas principales es la ansiedad provocada por la sensación de poco control de la respuesta eyaculatoria. Esto puede generar un círculo vicioso: la ansiedad hace que en futuras ocasiones se vea afectada nuevamente la conducta sexual, lo cual puede provocar más ansiedad.

Por último, la eyaculación precoz puede generar un malestar importante en la persona e incluso en la pareja. Es así ya que interfiere en el desarrollo satisfactorio de las relaciones sexuales. Este es otro de los síntomas más comunes y es una de las razones de que se solucione mediante la terapia de pareja.

Principales causas

La eyaculación precoz puede tener muchas causas, tanto de origen orgánico como psicológico, siendo los factores del segundo tipo la causa más común.

En este sentido, las principales causas de la disfunción eréctil están relacionadas con dos aspectos generales: la ansiedad provocada por la incapacidad de controlar la eyaculación, y el aprendizaje sobre la respuesta y la actividad sexual de los varones.

Por ejemplo, entre los factores desencadenantes principales se encuentran las experiencias sexuales previas que han marcado y condicionado el aprendizaje sobre cómo ocurren las relaciones sexuales. Muchas veces estas experiencias han estado marcadas por la necesidad de cumplir con una norma social y no tanto con la autoexploración o el disfrute propio y de pareja.

Así mismo, las causas de la eyaculación precoz también están relacionadas las altas expectativas sobre el desempeño sexual de los varones, sobre todo en relación con el coito. Muchas de estas expectativas son más bien estereotipos que, al no cumplirse, generan ansiedad y merman la autoestima de muchos de ellos.

Relacionado con lo anterior, algunos expertos han encontrado que la incomodidad que genera el ser descubierto como un varón inexperto o que se está iniciando en la actividad sexual es una de las primeras causas de la eyaculacion precoz.

Por otro lado, la eyaculación precoz puede estar relacionada con el aprendizaje sobre la masturbación, y la idea de que es mejor realizarla de manera “veloz” en lugar de dar tiempo a la autoexploración. Estas ideas muchas veces repercuten de manera negativa en el desempeño sexual futuro.

Finalmente, la eyaculación precoz puede estar causada por conflictos con la pareja o con la existencia de otras disfunciones sexuales. De manera menos frecuente, puede estar provocada por el uso constante de diferentes fármacos o sustancias psicoactivas.

Prevención: ¿cómo evitar la eyaculación precoz?

Al encontrarse estrechamente conectada con lo que hemos aprendido sobre la propia sexualidad, y en concreto sobre la respuesta sexual masculina, la prevención de la eyaculación precoz tiene un campo de acción muy amplio.

Más allá de incluir factores o conductas sólo individuales, evitar la eyaculación precoz requiere una promoción integral de la salud sexual. Por ejemplo, a nivel primario es imprescindible garantizar una educación de la sexualidad libre de estereotipos de género.

Esto último permite asegurar los recursos y las habilidades personales que a su vez faciliten una actividad sexual saludable. A nivel secundario, la prevención podría ejercerse mediante una exploración sobre la sexualidad en las consultas médicas de atención primaria.

Por otro lado, la eyaculación precoz puede estar relacionada con enfermedades orgánicas y psicógenas, con trastornos endocrinos y otras condiciones médicas. En estos casos es necesario realizar evaluaciones y el seguimiento adecuado.

No obstante, si a pesar de todo lo anterior no hemos podido evitar la eyaculación precoz, entonces podemos revertirla mediante el tratamiento adecuado. Hay dos grandes opciones: el tratamiento farmacológico y la terapia sexual.

Tratamiento y soluciones

Después de la disfunción eréctil, el tratamiento de la eyaculación precoz es el que tiene mayor demanda dentro de los servicios de atención sexológica. Afortunadamente existen muchas herramientas para solucionarla, cuyo uso depende en gran medida de cuál es la causa de esta disfunción.

Entre las principales soluciones se encuentran algunos medicamentos y la terapia sexual. Esta última incluye estrategias distintas, por ejemplo, ejercicios corporales, entrenamiento fisiológico, exploración sobre la información y las actitudes negativas con respecto a la respuesta sexual, terapia de pareja, terapia de reducción de ansiedad o técnicas conductuales para mejorar la eyaculación, entre muchas otras.

Medicamentos

Aunque no existen medicamentos específicos para tratar la eyaculación precoz, ya que sus causas son inespecíficas y mayoritariamente de origen psicológico, actualmente casi todas las disfunciones sexuales pueden tener algún tratamiento farmacológico.

El tratamiento farmacológico para la eyaculación precoz comúnmente incluye antidepresivos -por ejemplo los Inhibidores Selectivos de la Recaptura de Serotonina (ISRS) comercialmente conocidos como fluoxetina, paroxetina y sertralina. Entre otras cosas consiguen una mejoría de la respuesta eyaculatoria.

Este tipo de tratamiento requiere estricto control médico (los medicamentos no se venden sin prescripción o receta), y deben vigilarse los efectos adversos así como los efectos contraproducentes de reiteradas bruscas.

Terapia sexual individual

Independientemente de la prescripción de un tratamiento farmacológico, la terapia sexual es un recurso muy importante para tratar la disfunción eréctil porque puede favorecer el conocimiento del propio cuerpo y también reducir la ansiedad asociada con la eyaculación.

Así mismo permite generar estrategias de re-aprendizaje sobre la propia respuesta sexual. La terapia sexual puede realizarse de manera individual o en compañía de la pareja, siendo esta última la opción más común.

Las estrategias individuales van desde ejercicios de relajación fisiológica y autoconsciencia corporal, hasta técnicas para mejorar el control de los músculos internos. Así pues, la terapia sexual puede ayudarnos a compartir nuestras emociones, miedos y preocupaciones, pero no sólo eso.

Este tipo de acercamiento puede brindarnos estrategias muy completas y adecuadas a nuestras necesidades, incluso si se trata de reforzar el control sobre nuestro propio cuerpo, o si lo que necesitamos es trabajar nuestras concepciones sobre la sexualidad y nuestras relaciones de pareja.

Terapia sexual con la pareja

Por su parte, las estrategias con la pareja incluyen múltiples ejercicios que van desde reforzar mutuamente la consciencia corporal hasta técnicas conductuales que ayudan a familiarizarse progresivamente con las sensaciones pre-eyaculatorias y eyaculatorias.

Antes de poner en marcha cualquiera de estas técnicas es recomendable explorar la información y las conductas relativas a la actividad sexual -es decir, aquello que sabemos con respecto al deseo sexual, el coito, la masturbación, la eyaculación, etcétera.

Hacer esto en el contexto de pareja permitiría modificar gradualmente los esquemas cognitivos y las actitudes negativas subyacentes en la conducta sexual, así como determinar los elementos que rodean la eyaculacion precoz.

Algunos autores han sostenido que en muchos casos las disfunciones sexuales no solo tienen que ver con la respuesta sexual, sino con otros aspectos tanto individuales como relacionales, que ocurren en el contexto de la pareja. Por lo mismo es importante detectar y trabajar la relación en lugar de limitar el tratamiento a la eyaculación.

En todo caso, la solución tiene que ser la adecuada a nuestras necesidades y a las de la pareja, si es que estamos en esa situación.

Referencias bibliográficas:

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