Probablemente todos hombres han experimentado o experimentarán en algún momento de su vida dificultades para tener una erección. El cansancio, la monotonía en la relación de pareja y distintas enfermedades crónicas son sólo algunos de los motivos por los que esto puede ocurrir.

No obstante, si estas dificultades se presentan de manera recurrente, impidiendo constantemente experimentar relaciones sexuales satisfactorias, puede tratarse de lo que conocemos como una “disfunción eréctil”.

En este sentido, la disfunción eréctil se define como la disminución o la pérdida frecuente de la capacidad para lograr o mantener una erección, lo cual interfiere con el desarrollo de una relación sexual satisfactoria.

Aunque en muchos contextos es conocida como “impotencia sexual”, el término “disfunción eréctil” es más preciso. Además de hacer referencia específica a la erección, nos aleja de los prejuicios morales relacionados con la palabra “impotencia”.

Como decíamos antes, la disfunción eréctil puede tener causas muy distintas, que van desde el funcionamiento psicológico hasta algunas enfermedades crónicas. En el mismo sentido existen muchos tratamientos, desde los fármacos hasta la psicoterapia, cada uno con sus propias indicaciones.

¿Cuál es la causa de la disfunción eréctil?

Para que una erección ocurra es necesaria la relación de distintos elementos: psicológicos, vasculares, neurológicos y hormonales (Cabello, 2008). Por lo mismo, las afecciones de uno o varios de estos elementos pueden estar en el origen de la disfunción eréctil.

Es decir, su causa puede ser predominantemente psicológica, predominantemente orgánica, o bien mixta. Pero no sólo eso; tal como ocurre en otras disfunciones sexuales, la disfunción eréctil puede estar causada por elementos que tienen que ver con la relación de pareja y con la forma en que cada persona vive su sexualidad.

De acuerdo con Pere Font, Director del Instituto de Estudios de la Sexualidad y la Pareja de Barcelona (2013), algunas de las causas más comunes en este sentido son la incompatibilidad sexual con la pareja, la insatisfacción derivada de expectativas excesivas sobre las relaciones sexuales, las dudas sobre la propia conducta sexual, la poca experiencia, la monotonía y la rutina en la pareja, e incluso la falta de higiene.

¿Existen distintos tipos?

Para facilitar la comprensión de sus causas y tratamiento, la disfunción eréctil suele subdividirse en varios tipos. Se trata de una disfunción eréctil “primaria” cuando las dificultades para lograr la erección se han presentado durante toda la vida.

Por otro lado, se trata de una disfunción “secundaria” o “adquirida” cuando la erección solía conseguirse sin dificultad, pero a partir de determinado momento surgen problemas para mantenerla.

Además, si los problemas de erección se presentan en todas las situaciones, se trata de una disfunción “generalizada”, mientras que si se presentan sólo en algunas circunstancias se trata de una disfunción “situacional”.

Una vez analizada tanto la causa de la disfunción eréctil como el desarrollo que ha tenido en la persona, es posible diseñar el tratamiento más adecuado.

Tratamiento farmacológico: medicamentos más comunes

Hasta la década de los 90 el tratamiento de la disfunción eréctil estaba muy enfocado en la terapia psicosexual, sobre todo porque su causa se atribuía principalmente a elementos psicológicos.

También se recurría al uso de dispositivos como las prótesis de pene, que son un cilindro conectado a una bomba que estimula los testículos. Actualmente estos dispositivos se recomiendan en el caso de que otros tratamientos no surtan efecto.

Además, con el desarrollo de estudios sobre la anatomía genital se encontró que el cuerpo cavernoso del pene es uno de los responsables de la erección, ya que es el lugar en el que se acumula el flujo sanguíneo durante la excitación sexual.

El tejido del cuerpo cavernoso se estimula por medio de la liberación natural de distintas sustancias, y el mecanismo por medio del cual esto ocurre puede verse afectado por múltiples circunstancias, que van desde cuestiones psicológicas hasta enfermedades cardiovasculares, neurológicas y endocrinológicas, entre otras.

En cualquier caso, los medicamentos para el tratamiento de la disfunción eréctil actúan directamente sobre este mecanismo, haciendo que el cuerpo cavernoso reciba la estimulación suficiente para mantener la rigidez del pene de forma más o menos rápida.

Los inhibidores de la 5 fosfodiesterasa

Entre los medicamentos más comunes para el tratamiento de la disfunción eréctil se encuentran los inhibidores de la 5 fosfodiesterasa, más conocidos como sildenafil (viagra), tadalafil (cialis) y vardenafil (levitra).

Como ocurre en otros casos, estos medicamentos son efectivos para tratar la disfunción sólo en el aspecto físico, es decir, se prescriben para el caso de personas que tienen una disfunción eréctil de causa predominantemente orgánica, o en ocasiones mixta.

Esto es así porque, pese a que pueden funcionar como una solución rápida, no siempre funcionan a largo plazo, sobre todo si la causa es psicológica.

Tratamiento psicológico

Según los cálculos de Font (2013), alrededor de un 45% de las personas que viven en países de altos ingresos tendrán alguna disfunción sexual a lo largo de la vida, aunque sólo entre el 2% y 5% se acercarán a un profesional.

Específicamente sobre la disfunción eréctil, Correa (2010) nos explica que aproximadamente el 52% de los hombres de entre 40 y 70 años ya la han experimentado en algún momento.

Quizá uno de los motivos por los que pocas personas visitan a un profesional es que alrededor de la vieja idea de la “impotencia sexual” se encuentran muchos prejuicios y miedos sobre la virilidad y la masculinidad.

Además, en muchas personas prevalece la necesidad de encontrar soluciones rápidas, como los medicamentos, pensando erróneamente que son adecuados para todos los casos y para todos los organismos.

Aunado a esto, en el fondo muchas personas se preguntan: ¿realmente funciona la terapia sexual?

De acuerdo con muchos expertos, de hecho, la terapia sexual es el tratamiento más eficaz para la disfunción eréctil después de los Inhibidores de la Fofogiesterada 5. No obstante, las dificultad para comprobar la eficacia de las intervenciones reside muchas veces en la complejidad para realizar diagnósticos precisos.

Por ejemplo, en un estudio de Franquet Barnils, et al. (2011) se observa que el 23% de los participantes tenían una disfunción eréctil causada por factores orgánicos, mientras que solo el 10% de ellos la causa era de origen psicológico. El 50% restante tenía una causa indeterminada.

¿Para qué sirve?

En cualquier caso, la intervención psicológica tiene como principal objetivo favorecer la salud sexual. Según la OMS (2019), este tipo de salud es la capacidad para disfrutar y controlar la conducta sexual, incluyendo la libertad para ejercerla.

La psicoterapia puede ayudar a establecer estrategias que favorezcan estas conductas y así mejorar el desempeño y la satisfacción con la vida sexual. Por otro lado, en los casos en que la causa sea claramente orgánica, la terapia psicosexual igualmente puede ayudar a disminuir la ansiedad y la frustración derivadas de la disfunción eréctil.

Además, considerando que muchos de los hombres que experimentan una disfunción eréctil se preocupan no sólo por su propia salud sexual, sino por mantener la satisfacción de su pareja, es a veces recomendable que la terapia sexual sea dirigida hacia ambos miembros.

¿Existe un tratamiento natural?

En medicina tradicional, los tratamientos naturales son utilizados para reducir síntomas de distintas afecciones orgánicas y psicológicas. Funcionan en mayor o menor medida según la enfermedad de la que se trata. En cualquier caso, se consideran como tratamientos de apoyo o complementarios, no como tratamientos principales.  

Específicamente para el caso de la disfunción eréctil, la eficacia de remedios o tratamientos naturales es muy relativa, por no decir escasa. Eso sí, existen muchos afrodisíacos, que son sustancias naturales que favorecen el deseo sexual en algún grado.

Aunque no curan la disfuncion eréctil, los afrodisíacos han sido utilizados durante mucho tiempo como una herramienta para hacer más placenteras y divertidas las relaciones sexuales.

¿Cómo enfrentar la disfunción eréctil?

Como hemos visto, la evitación es una de las formas más comunes de enfrentar la disfunción eréctil. No obstante, son muchas las opciones con las que contamos para hacer frente a la disfunción eréctil.

Más allá de que exista un tratamiento ideal y útil para todas las personas, hay que comenzar por detectar las causas y las necesidades personales (también las de la pareja, ya que muchas veces puede representar una experiencia problemática para ambas personas).

En cualquier caso, es necesario dejar de lado prejuicios sobre las dificultades que todos podemos enfrentar en algún momento de la vida para desarrollar relaciones sexuales plenas y satisfactorias. ¡Nunca está de más pedir ayuda!

Referencias bibliográficas:

  • Carrobles, J. A. y Sanz, A. (1991). Terapia Sexual. Fundación Universidad-Empresa: Madrid.
  • Correa, M. (2010). Los inhibidores de las fosfodiesterasas en el tratamiento de la disfunción sexual eréctil. Revista Cubana de Medicina Militar, 39(3-4). Disponible en: <http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0138-65572010000300010&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0138-6557.
  • Font, P. (2013). Evaluación y tratamiento de las disfunciones sexuales: un modelo de intervención. Informació psicològica, 103: 46-61.
  • Franquet Barnils, E., Garcías Galea, C., Navarro Miranda, L., Palomino Martínez, A., Panisello, N. & Paredes Bosch, V. (2011). ¿Cómo afrontan los hombres la disfunción eréctil? Asociación Española de Enfermería en Urología, 118: 20-28.
  • Martínez, J.M. (2010). Disfunción eréctil de origen hormonal. Archivos Españoles de Urología, 63(8): 621-627.
  • Organización Mundial de la Salud (2019). Temas de Salud. Salud sexual. Recuperado 22 de febrero de 2019. Disponible en https://www.who.int/topics/sexual_health/es/
Share This