La frigidez

El término frigidez se utilizó de forma indiscriminada como diagnóstico incapacitante en las mujeres que no sentían placer en sus relaciones sexuales. Provocando así una dañina idea: «Algo malo les pasaba a las mujeres» si no “podían” disfrutar del orgasmo vaginal o coito.

Etimología: La palabra frigidez, que se aplica preferentemente a la frialdad y al goce sexual,  es un derivado con sufijo de cualidad –ez  (procedente del latino ities/icies) a partir del adjetivo culto frígido/a, que viene del latín frigidus (frío).  

Es un término arcaico que se utilizaba despectivamente durante la primera mitad del siglo XX. Hoy en día, intentamos utilizar términos que no dañen tanto la autoestima. Como falta de deseo o apatía sexual e incluso anafrodisia. En mi experiencia como profesional la he desmontado en varias ocasiones en consulta. Y me he alarmado cuando la he vuelto a escuchar en alguno de los contextos sociales y profesionales actuales.

La mujer frígida

El concepto de frigidez fue definido como una disfunción sexual propia de las mujeres que consiste en la incapacidad de una mujer para experimentar placer sexual y llegar al orgasmo. Fue introducido en el lenguaje médico, por el señor Freud, padre del psicoanálisis y  la psicología moderna. A pesar de la gran labor científica que nos dejó,  también es cierto, que en aquella época las mujeres no teníamos ni voz ni voto. Y menos en el ámbito sexual.  Por lo que muchos hombres científicos y médicos a lo largo de la historia, han cometido errores muy graves para la salud sexual de las mujeres.

No lo culpo, ya que era lo “normal” pensar así. Arrastraba una castrante y moralizante educación de la época. Como anécdota, existe un dicho popular que dice así: “No hay mujeres frígidas, si no malos amantes” que pretendía rebelarse en contra de estas ideas vigentes desde principios del siglo XX.

Coito vaginal vs coito clitoriano

Sigmund Freud postuló que existen dos tipos de orgasmo: el clitoriano, propio de una mujer sexualmente inmadura; y el orgasmo vaginal, propio de una mujer madura y desarrollada sexualmente. Y la idea de que la penetración vaginal es la práctica por excelencia para el placer sexual de las mujeres ha permanecido vigente hasta nuestros días.

Con estas premisas falsas, Freud, el padre del psicoanálisis, dejó a su paso infinidad  de mujeres que, al no disfrutar del coito vaginal, eran consideradas frígidas. Esta idea sigue muy vigente en la actualidad. El concepto frigidez lo he escuchado sobre todo en mujeres de mediana edad hacia arriba.  Hasta tal tal punto ha llegado a patologizarse algo que es usual:  que la gran mayoría de mujeres no experimenten placer al ser penetradas vaginalmente.

El orgasmo en la mujer

Es importante clarificar y desmitificar de una vez por todas que no existen dos tipos de orgasmos.  Dicen los expertos que un orgasmo es un orgasmo. Y punto. Pero da igual desde dónde proceda: si a través de las orejas, el culo, el clítoris o los pies. Tenemos un cuerpo con dos metros cuadrados de piel e infinidad de terminaciones nerviosas.  Da igual desde dónde proceda el placer, es el cerebro quien da la señal para sentir el éxtasis.  Todas las sensaciones físicas en nuestro cuerpo pasan por el cerebro y sean como sean los orgasmos, la idea principal del sexo es disfrutar.

El clítoris

Es cierto que en las mujeres tenemos un órgano maravilloso muy poderoso que esta preparado para dar y recibir placer. No sólo es un punto a la entrada de nuestra vagina, si no que es una estructura interna mucho más grande de lo que se ve a simple vista. El punto de placer sólo es la punta del iceberg. En nuestro interior la estructura en excitación se hincha y podemos sentir muchísimo placer si sabemos estimularlo correctamente. Tanto por dentro como por fuera. Y eso amigas mías, no es de ser inmaduras. Es de ser únicas.  Y cada mujer es responsable de su propia erotización de su cuerpo. Saber amarlo, respetarlo y darle placer.

No, no existen mujeres frígidas, existen personas mal informadas.

Desmentir de una vez por todas que no existen mujeres frígidas. Existen mujeres que no se conocen. Que no han recibido una adecuada educación sexual.

  1. Es un mito que el hombre deba ser el responsable de conseguir que la mujer llegue al orgasmo única y exclusivamente a través del coito. Más del 60% de las mujeres afirman que necesitan estimularse el clítoris, o los pechos u otras partes erógenas para conseguirlo. Por lo tanto, ya basta de acusar a las mujeres de ello.Es más, a los hombres también les provoca mucho malestar esta creencia. Es uno de los motivos de consulta que se repiten en el varón: La ansiedad por desempeño (proximo post)
  2. Cada persona es responsable de su cuerpo y la idea principal del sexo es disfrutar, jugar y pasarlo bien. Y es necesario conocerse a nivel individual para transmitirle a tu compañero  o compañera sexual  lo que te gusta.

Para desmentir esta falsa creencia es necesario que tengas en cuenta lo siguiente: el cuerpo humano tiene muchas zonas  erógenas que explorar .  Así pues, en el caso de la mujer, la mejor forma de desmitificar esto de una vez es que no necesitas un pene para tener placer, te necesitas a  ti misma. La masturbación es una de las mejores formas de autonocimiento, descubrir tus zonas erógenas, tipo de estimulación, más presión o no,… para que después, si quieres compartir tu placer con otra persona tenga pene o no, puedas decirle cómo quieres que te toque.

Sí, ¡Hay que decirle al compañero o compañera sexual cómo quieres que te toque!

Y recordad:  no hay mujeres frígidas, sólo mujeres que todavía ignoran o siguen manteniendo ideas erróneas sobre lo que es una relación sexual satisfactoria.

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